FAKE NEWS Y LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL
- pdoagencyinfo
- May 14
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Por Pedro Ochoa.

Las fake news son una práctica antigua pero muy real en estos tiempos de redes sociales y multimedia. Como estrategia, es deshonesta, pero forma parte del arsenal de algunas campañas y sectores políticos que buscan minar la imagen y credibilidad de personajes y organizaciones públicas.
La llegada de la inteligencia artificial ha facilitado la manipulación y la mentira en las redes: suplantación de voces, forjamiento de videos mediante edición, y creación de personajes ficticios que transmiten informaciones falsas, lo que genera escepticismo en los ciudadanos frente a lo que ven, escuchan y sienten.
En otro ámbito, menos democrático, algunos gobiernos autoritarios han utilizado este término para desacreditar las críticas a sus gestiones, calificándolas como fake news. Según un informe de Freedom House, desde 2017 varios países han usado el pretexto de la lucha contra las fake news para crear o endurecer leyes que reprimen y persiguen la disidencia.
Defensores de la democracia deben entender que las fake news son uno de los mayores enemigos de la libertad y la conciencia social. La simple asociación de democracia con falsedad y manipulación es peligrosa y requiere reflexión y acción colectiva, ya que este problema no se limita a un país o medio.
Las Naciones Unidas y otras instituciones multilaterales han desarrollado planes de acción para combatir las fake news, considerándolas un problema global. Desde la sociedad civil se han fortalecido las instancias de verificación de fuentes e informaciones que circulan en redes y medios masivos.
Es crucial que los ciudadanos, actores institucionales, políticos, organizaciones, medios y comunicadores se eduquen y eduquen en la verificación de fuentes, regulación y autorregulación de plataformas digitales, y educación mediática. El ciudadano debe entender que no todo lo que se dice en redes sociales o medios masivos es verdad absoluta, y debe tener criterio para identificar lo legítimo de lo falso, evitando la divulgación compulsiva de información sensacionalista. Los comunicadores deben verificar y contrastar sus datos antes de publicarlos. Los políticos deben estar comprometidos con la ética y la responsabilidad social, y las autoridades deben sancionar y erradicar estas prácticas en sus ámbitos.
La generación y divulgación de fake news es una práctica profundamente antidemocrática y un riesgo para todo el sistema social. La educación mediática, la verificación rigurosa de la información y la responsabilidad ética de todos los actores sociales son esenciales para combatir este fenómeno y proteger la integridad de la democracia. La colaboración global y el compromiso individual son necesarios para enfrentar y superar los peligros que representan las fake news en la estrategia política.
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